jueves, 2 de junio de 2011

Las primeras semanas del bebé

Los primeros momentos del bebé con nosotros, sobre todo si es el primero, son cruciales. Los padres no tienen experiencia y el peque tampoco. La idea es que juntas vayan aprendiendo. He querido contar aquí mi experiencia y mis ideas sobre las primeras semanas del bebé, porque creo que el vínculo que creamos con él desde su nacimiento es muy importante y a muchos padres les gusta sentirse más seguros ante la llegada del pequeño de la casa.
Cuando el niño nace le hacen una prueba, el test del Apgar. Lo normal es que obtenga una calificación peor al principio y luego suba (se la hacen dos veces seguidas). También le hacen pruebas del talón, para descartar ciertas enfermedades. Todo esto es normal, y no hay que asustarse.
En el hospital, dependiendo de de cuál se trate, nos preguntarán quizá si queremos que se lleven al bebé al "nido". Esto significa que se lo llevan, lo asean y pasa la noche con los demás bebés, pero no con nosotros en la habitación. Esta decisión es muy personal. Yo prefiero tener al peque conmigo, porque me la sensación de que se va a sentir solo sin su mamá, pero también es verdad que es la última noche en mucho tiempo que los padres podrán descansar del tirón. Lo que sí es importante saber es que si el peque se va a nido más que seguro beberá un bibe. Para la lactancia materna, eso tampoco es la muerte de nadie, pero si no queremos que eso ocurra, mejor quedarse al peque en la habitación, con nosotros.
Durante las dos primeras semanas, el peque no puede bañarse en agua entero, porque el cordón umbilical aún no se ha caído. Es importante mantener la zona seca y los lavados del bebé se deben hacer con mucha precaución.
Postura para dormir: hay muchas teorías, pero lo mejor sin duda es de lado. Después de cada toma le vamos cambiando de lado para que la cabeza no se deforme y listo. Si se acuesta boca abajo de pequeñito, puede ahogarse, y si se acuesta boca arriba se puede ahogar con sus propias babas. A partir del cuarto mes la cosa cambia y el propio bebé irá adoptando la postura que quiera para dormir.
Y ahora: ¿dormimos con él o en su cuna? Yo sugiero acostumbrar al bebé a dormir en la cunita desde el principio. Si le acostumbramos a los brazos, a medida que crezca no sabrá dormirse solito y lo pasará francamente mal. Pero cada uno sabe lo que hace. Ahora, lo que no podemos pretender es acostumbrarle a dormir en brazos desde que nace, y que con seis o siete meses se quede en la cuna sin rechistar. Eso seguro que no pasará, porque los bebés no son tontos.

Bueno, padres primerizos, a disfrutar de los primeros meses del bebé, que pasan volando...